Los efectos que provocan las drogas son
diferentes sobre nuestro sistema nervioso según los distintos tipos de drogas
consumidas: unas son excitantes y otras, depresoras; unas aceleran nuestro
funcionamiento mental, con el riesgo de aumentar los errores, y otras lo
lentifican o lo distorsionan; otras producen alucinaciones o cambios en la
percepción de la realidad.
El
consumo de drogas tiene consecuencias en el funcionamiento normal de nuestro
sistema nervioso y provoca una serie de efectos que alteran nuestras capacidades:
modifican la manera de pensar, de funcionar, de relacionarse con los demás y de
enfrentarse a los desafíos de la realidad. En definitiva, nos hacen menos
protagonistas de nuestra vida.
Las drogas producen efectos negativos sobre nuestras capacidades
físicas y mentales. Las consecuencias del consumo de drogas también pueden ser
observadas en animales. Cuando una araña es expuesta a vapores que contienen
LSD, su capacidad para construir la tela se altera de manera considerable.
El resultado es una tela de mala calidad que no podrá cumplir
sus funciones de atrapar insectos.
Los estimulantes producen sensación de fatiga
y alteraciones del apetito o del sueño. Un tercer grupo de sustancias, llamadas
alucinógenas o perturbadoras, alteran la percepción de la realidad, el estado
de conciencia y provocan alucinaciones. Algunas sustancias producen más de un
efecto, como las drogas de síntesis, que causan estimulación y perturbación del
sistema nervioso central. Las alteraciones psicológicas van desde cambios en el
estado de ánimo a crisis de ansiedad, crisis de pánico, delirios, alucinaciones
e incluso trastornos psicóticos. Las drogas pueden afectar también a otros
órganos como el hígado, los pulmones, los riñones, el páncreas o el corazón.
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